Josh Stewart es el profeta número uno en lo que ha producción de vídeos independientes se refiere y sería hipocrita el no reconocer que todas y cada una de las ratas que sigue este espacio no espera ansioso esta nueva (y última según reza la descripción) entrega.
El mérito de este individuo va más allá de reunir a la primera división de patinadores independientes y a mis ojos siempre ha sido el perfecto ejemplo de cómo dar un sopapo a muchas grandes marcas/producciones en las que el amor por todo lo genuinamente noble de nuestro universo queda diluido en una sucesión de grandes maniobras ejecutadas por la nueva, más jóven e indestructible persona a bordo de un monopatín.
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